Fiesta Anual de Activa’t 2024

06 DE JUNIO 2024 – PARQUE DE LA BARCELONETA

La fiesta de este año ha sido un éxito.
Han participado unos 552 usuarios de todos los parques donde se realiza el programa Activa’t, se han repartido camisetas azul turquesa ligado al mar por el motivo de la Copa América | Regata cultural.

Agradecemos desde aquí su participación. ¡Esperamos contar con vosotros el próximo año!

06 de junio de 2024 – Parque de la Barceloneta

 

Hace mucho tiempo en un país lejano había un pueblo costero en el que la tradición pedía que todas aquellas personas recién llegadas al poblado hicieran un ritual en el mar y por tanto en el agua.

El ritual consistía en lo siguiente: Empezaba con un caminar hacia el mar, acercarse a él con un movimiento suave y respetuoso ofreciendo el agradecimiento desde un inicio.

Una vez llegados a la orilla, justo cuando los pies casi tocaban el agua, había que conectar con los elementos que allí se mostraban el mar, el cielo y la tierra- y llevarlos dentro para ser uno con el mar y todo lo que allí estaba. En ese instante los nuevos venidos ya notaban el vínculo con el sitio.

Seguidamente venía entrar en el mar y nadar sumergirse en las aguas para que el elemento entrara en contacto con todo el ser ya la vez descubrir los movimientos posibles, despertando el cuerpo.

Una vez sintonizados y vigorizados, los recién llegados volvían a tierra firme para armonizar el agua y el fuego, el mar y el corazón forjando el vínculo que seguro sería para siempre.

En breve el ritual les pediría unas pruebas más difíciles ya que tomarían un bote y se adentrarían hacia alta mar, pero antes les explicaron que observar el cielo es importante, mirar las estrellas para orientarse y saber si el cielo les permitía, al día siguiente, subir al bote. Y cuando el cielo les daba el visto bueno, salían mar adentro remando.

En un momento de esta navegación, era obligatorio, detener los remos y mirar el mar y si estaba lo suficientemente tranquilo tratarían de pescar quizás el mar les daba una ofrenda, ofrenda que devolverían a sus aguas en muestra de agradecimiento del buen augurio; y es que pescar indicaba que el mar y los seres vivos que viven allí los acepta.

A menudo estando en el bote veían aves que se reposaban y abrían las alas y otras que volaban sobre las olas, quedar observándolas y escuchando el rumor del mar les resultaba de lo más placentero y les enseñaba que ellos eran puros observadores y aquellos encargados de cuidarlos